FISFE. Consideraciones preliminares sobre el Acuerdo Mercosur-UE

 

 

Sabemos, como industriales, lo valioso que es para un país que crezcan las exportaciones, lo que mejora la cantidad y la calidad del empleo. Y entendemos que todo acuerdo comercial entre países o bloques de países es importante, siempre que favorezca por igual a las partes que lo firman. En este sentido, no podemos desconocer que la Unión Europea es un mercado potencial de 500 millones de consumidores, pero al mismo tiempo su PBI quintuplica al Mercosur y registra diez veces más patentes al año que nuestros países, así como es sede de empresas multinacionales con enormes proporciones comparadas con las que tenemos aquí. Existe, entonces, una gran asimetría, que no es foco de preocupación del acuerdo, al menos en el texto que se conoció hasta el momento. Sí se menciona, en cambio, la prioridad para compras públicas o desgravaciones, que en última instancia facilitarán el acceso a nuestro mercado de productos industriales europeos, intensivos en capital y tecnología, complicando la situación del entramado industrial del Mercosur.

 

Estos son algunos temas que deberán tenerse en cuenta a la hora de ratificar el acuerdo en el Congreso de la Nación, al tiempo de discutir la llamada “letra chica” y las cláusulas del convenio. En esta línea, esperamos cada sector productivo sea oportunamente convocado y escuchado, ya que hasta aquí las entidades representativas de la producción no hemos podido participar de las deliberaciones previas a la rúbrica del convenio.

 

Entre los puntos que en estas primeras horas se conocieron y generan incertidumbre desde una mirada industrial, está la decisión de liberar el 90 por ciento del comercio bilateral con la Unión Europea, más allá de diferencias de volumen y tecnológicas. También la remoción completa de aranceles para todas las autopartes y vehículos provenientes de la UE, así como la apertura a que empresas europeas participen de obras de infraestructura y provisión de equipamientos para los Estados nacionales, en los mismos términos que las empresas locales. Además, un tema sobre el cual advertimos es el de la extensión de los plazos de protección de propiedad intelectual, que permitiría a los laboratorios extranjeros cierta posición de privilegio respecto de los del Mercosur.

 

Asimismo, preocupa lo que sería una exclusividad para la Unión Europea de la Indicaciones Geográficas, nombradas como IG en el acuerdo, que obligará a ciertos productos alimenticios a cambiar su denominación, protegida por nombres patentados en Europa.

 

Debemos intentar, por el bien del país, que ningún acuerdo comercial nos lleve a reprimarizar nuestra economía, sino por el contrario a crecer creando más valor agregado.

 

Desde FISFE, finalmente, creemos que los acuerdos que permitan expandir las fronteras y mejorar la dinámica productiva, son el camino a seguir. Pero reiteramos la importancia de que los sectores productivos podamos participar del debate y que se analicen con profundidad las cláusulas del acuerdo, cuando se lo trate en el Congreso de la Nación.

 

Fuente: Prensa FISFE

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